La distancia entre los dos es palpable, te miro a los ojos y no sé que decir, ahora me pregunto cómo no hice caso cuando me dijeron, que la nube sobre nosotros anunciaba tormenta, que iba a necesitar una flotador porque me iba a ahogar en mis sentimientos.
Estamos cara a cara y ese es el principio del fin.
Un grito que da luz al reproche,
un estruendo que deja paso al arrepentimiento,
una lluvia transformada en susurros de amor al oído,
y de repente, silencio.
Fin de la tormenta.
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